sábado, diciembre 02, 2006

Nada de lo que dire es cierto porque nada hay que pueda decir sin tener que atravesar el umbral que te evoca.
Quiero dejar de mirar esa puerta. Quiero dejar de dar vuelta mis ojos. Quiero dormir-me sin vos, que te fuiste sin decir nada, nadanadanada, dejando disperso y destruído el abecedario que daba sentido a mis días.
Entonces ahora me digo que no sirve de nada querer recomponer letra por letra tan gran destrozo, por lo menos una vez tener valor para sacudir de mi cuerpo el recuerdo de lo que era y empezar a escribir, una por una, cada vocal, cada sonido cada modulación,tal vez sea el modo de encontrar otra manera de nombrarte, tal vez sea ese el modo de encontrarme.Ay! Es tan doloroso salir de entre espejos, tan penetrantes son los cristales clavandose en mi piel...y tu recuerdo...tu recuerdo.

miércoles, octubre 18, 2006


No sé estar conmigo sin ti.
No sé estar conmigo.
No sé estar.
No sé.
No.

Foto: Klimt G. Deathandlife.

jueves, octubre 05, 2006


yo amaba las palabras suspendidas en el abismo de lo no dicho
el respirar pausado que avisora la creación del silencio más purola noche errante e inabarcable. El mar. Su gemido.


No es que no me haya preguntado. Es que no hablo. Tal vez sea cierto el encierro entre cristales y la fragilidad de la sonrisa y la mirada perdida y el jardín que nunca ví y la imposibilidad de escribir palabras usando la voz sobre la hoja en blanco. No es que no me haya preguntado.
Por vos. Por mi. Por ella. Por el.
Nosotros. Vosotros. Ellos.
(Quisiera poder conjugar un tiempo pero no hay tiempo)
Sólo pausa letárgiga. Sostenimiento de la escansión en el filo de la daga que fragmentará cada verbo.

no es que no me hayapreguntado por lo que amaba.

Foto: G.Klimt. "El beso"

lunes, agosto 21, 2006

Ella


Ella está sentada en el medio de una habitacióm extraña. La gran ventana abierta a pesar del frío y la lluvia. El mar.
Cada noche el ritual de búsqueda de soledades en muleta, esas figuras espectrales que se deslizan entre la bruma, embriagadas por los gemidos de un bandoneón que hace eco en sus huesos, impregnando la piel de recuerdos, con la esperanza imposible de haalar olvido.
Su mirada detenida en un tiempo incontable, más allá de la nocturna oscuridad, sus pupilas son cristales a punto de fragmentarse. Naufraga entre voces que murmuran retazos de un ayer que la descentra de su cuerpo. Extraña criatura habitada por un alfabeto incompleto, siempre enredada entre los renglones de sus venas.
El la observa. Quiere hablarle pero algo lo impide. Una sensación. Como si el hecho de emitir palabras fuera a lastimarla. Entonces la deja, sin abandonarla.
Alguna vez ese lugar de obsceno silencio fue su único sitio, su primera persona. Luego aparecieron las máscaras y después el jardín de espejos.Allí ella, ebria reina de desposesiones y desencuentros, caminó desgarrando su sombra por entre los vidrios que la veían alejarse. Luego el amor, o su desencuentro...
Ella no tiene nombre. Templo de los relojes que sólo existen en su mente. Cristalización del vacío inasible que da al tiempo su consistencia. Ella, hieriendo su mirar ante la majestuosidad de ese mar inabarcable.
"Es cierto que existe el mar" pensó y su cuerpo blanco se dobló como si una daga lo hubiese atravesado
_ Por qué lloras? Por qué te empeñas en ña búsqueda infructuosa de la palabra que ponga en marcha los relojes?
Princesa: no repitas los conjuros aprendidos en tiempos ancestrales. Todas tus vidas no alcanzan para acallar las voces que te habitan. Una vez más te despeñas contra las rocas y te transformas en los suspiros de aquellos navegantes rendidos ante el cantar de las sirenas.
Tiempo: espera de la palabra que no llega.
Entonces...¿el tiempo? No es verdad que lo puedas asir. Casi imperceptible. El leve movimiento de tu abdomen, un parpadear, la humedad de ese beso que te ahueca y del que no puedes deshacerte porque te hace sentir viva y sin embargo¡ay! cuánto te demoras buscando no se que cosa.
Tiempo: el brevísimo instante de lo eterno.
Se acerca. Lo mira. Lo besa.
Misterioso encuentro de los cuerpos. Plenitud. Abolición de los temores que marcan su piel.
Ella, todo interior, no sabe decirle lo que encuentra entre sus brazos.
No sabe decir lo que siente.
"Es cierto que existe el mar" pensó y su cuerpo blanco se dobló en el mismo instante en que el la besaba.
Deletrea la forma de eso que se anuncia. No temas. Rehace una y mil veces el alfabeto que exiliaste al cuerpo de tu memoria.
Sobre el espejo del baño alguien escribe
"El torbellino: un instante del tiempo.
Luego: tiempo"
Ella mira por la ventana.
Ella lo mira.
El mar.
Siempre el mar.

viernes, julio 28, 2006

Puntuaciones efímeras:

Imperceptibles fisuras rasgando

las vestiduras del tiempo.